Un nuevo estudio de psicología cognitiva muestra que cuando algo resulta desafiante para los niños, a menudo malinterpretan la sensación de “¡Esto es difícil!” y la traducen como “No debo estar aprendiendo mucho”. Sin embargo, la verdad es que las estrategias más difíciles, aquellas que implican más esfuerzo, son las que producen mayores ganancias de aprendizaje a largo plazo. Sabemos entonces que en el proceso de aprendizaje la dificultad es “deseable”… pero lo cierto es que no siempre es deseada. Para niños y adultos es complicado sentir que no lo están logrando, y ante un desafío, tienden a quedarse en su zona de comodidad.
En este artículo, Angela Duckworth, fundadora de Character Lab y autora del bestseller “Grit”, nos ilustra mediante una experiencia personal la importancia de enseñar a los niños a “desear la dificultad” cuando están aprendiendo algo nuevo y acompañarlos en esos momentos para que trabajen con más ganas y no se rindan.
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